Comienzo este post diciendo que soy una persona a quien las injusticias le superan. Abusar, maltratar a otros seres es propio de "personas" con poca capacidad: descerebrados.
Dicho esto, estos días ha aparecido en TV un reportage de investigación sobre algunas residencias de ancianos. A ver cómo puedo explicar lo que pienso de la manera más concreta posible.
Cada vez que veo un reportage de estos pienso que hacen más mal que bien; además tampoco veo que sean objetivos ni muy exhaustivos. Se limitan a introducir una cámara oculta y graban cómo trabaja el personal. No muestran que la población anciana de nuestro país cada vez va en aumento y el sistema no facilita residencias públicas, a las cuales TODOS los ancianos tengan acceso con sus ingresos: sean los que sean.
Dan una imagen tan terrorífica de algunas residencias privadas que hacen que los ancianos que todavía no se ven afectados de ninguna demencia, tengan terror cada vez que se les sugiere ingresarles en este tipo de centros.
Entonces, ¿Quién tiene más culpa:
-Las personas que inician este tipo de empresa con un claro afán de lucro, sin importarles la calidad, el tipo de servicio ni el personal que contratan?
-El personal que acepta trabajar de según qué formas?
-Los familiares que ingresan a sus abuelos aún conociendo o "sospechando" dichas irregularidades?
Además, hay muchas residencias en España donde ofrecen un excelente servicio, dónde nuestros abuelos están muy bien atendidos y en dónde son queridos por el personal que realiza su trabajo de forma vocacional (aunque lógicamente no gratis).
En estos reportages, por ejemplo muestran que a algunos ancianos se les ata, de forma que el telespectador se encandaliza y piensa que son tratados como animales. Podrían explicar que según la ley no se puede inmovilizar a un anciano sin la autorización expresa de los familiares, previa recomendación médica tras valorar el estado del anciano, que hay cintruones de contención especiales, diseñados únicamente para tal fin; es decir, no hay que escandalizarse cuando vemos a un anciano "atado" ya que se le inmoviliza ante la imposibilidad de poder permanecer las 24h junto a él, y para evitar daños mayores, muchas veces muy graves. No olvidemos que las residencias no disponen de un auxiliar de clínica por cada residente (ni las privadas ni las públicas)
Sea como fuere, estos reportages podrían acabar, o empezar con unas entrevistas a los responsables políticos de por qué no se construyen más residencias públicas, a precios asequibles a los bolsillos de una persona mayor, o por qué no facilitan personal cualificado a domicilio para antender a los abuelos en sus propias casas.