Navidades a las puertas

Como una marabunta, como un murmullo lejano que cobra fuerza a medida que se acerca está llegando la Navidad. Para muchos, días de ser mejor persona, de enterrar el hacha de guerra, de fumar la pipa de la paz, para otros la ocasión para gastar, gastar y gastar, habrá para quien representen días de compromisos, de obligaciones diversas, y habrá para quien sean días de incordio que esperan que pasen rápido. Yo no soy cristiana, pero no puedo negar que la Navidad me gusta, las luces, la música, la alegría de los niños, que con su inocencia le dan un aire inconfundible a estas fechas. Estas navidades van a ser muy especiales en mi casa: son las primeras para Martí, las primeras en familia, en mi pequeña Gran familia. Y está claro que sin ser cristiana este año y seguramente los sucesivos habrá Belén, por supuesto será un Belén especial donde tendrán cabida además de los Reyes Magos otras figuras que se alejan de la tradición.

Pero son días también en los que la ausencia de las personas cobra más fuerza.

También es el momento de cerrar un capítulo y comenzar otro. Nuevas energías, nuevos aires para renovarse en todos los aspectos.

No dejemos de agradecer lo afortunados que somos y dejemos cabida también para la generosidad en todas sus caras.

Aún es pronto para desearos feliz Navidad, pero de momento dejo este pequeño adelanto.