lunes, 6 de septiembre de 2010

REINA DE LA TRISTEZA Y DEL MIEDO


"King of sorrow" Sade

A tenor del plato de arroz basmati con salsa de tomate y las salchichas de frankfurt que me acabo de cenar, creo que lo sensato e inteligente es no volver a quejarme de que me sobran unos kilos.
Recuerdo cuando estaba embarazada, que llegó un momento en que decidí abandonar la lucha perdida por no engordar de aquella forma tan descontrolada...acabé pesando 20 kg más el día del parto. Durante el embarazo, decidí que cuando estuviera recuperada del parto, cuidaría mi cuerpo; y lo hice...un poco y durante un tiempo. Luego, poco a poco, me fuí relajando y permitiendo licencias cada vez mayores y peores para el sistema cardiovascular...

Últimamente (ya hace varios meses) la idea de hacer ejercico es persistente y ha comenzado a pasar por mis pensamientos a diario...pero sigo sin calzarme las bambas y moverme. Y es que me cuesta incorporar un nuevo hábito en mi vida.

Lector, tú ¿a qué le temes? Personalmente, cuando era pequeña disfrutaba metiéndome en el agua, y nadando hacia lo más profundo. Pero tenía que ser con alguien, ya que sola me daba miedo. Ese miedo me duró hasta bien mayor, de hecho creo que no me lo he quitado. En realidad no lo sé, hace mucho tiempo (unos 2-3 veranos) que no puedo ir a la playa a nadar hasta hartarme...y sin dudas algo que me da miedo es meterme en el mar de noche. La negrura del agua, el no ver más allá del metro y medio frente a mi...

No sé ni por qué he hecho esta introducción...no tiene mucho que ver con lo que me ha llevado a sentarme hoy a escribir.

La pena, tristeza, el bajón...estoy subida en un globo y de pronto ha perdido presión, y he descendido unos metros de forma abrupta.

Miedo a nuevos hábitos, miedo a lo desconocido...miedo a ¿qué? ahora mismo no lo sé bien. ¿Triste por qué sé cómo soy y en qué no puedo cambiar?
Podría ser posible que no cambien las personas, sino la forma en que se enfrentan a las situaciones, que al final acaban siendo repeticiones con modificaciones en el decorado y el reparto.

Miedo a lanzarse abiertamente, a caer al vacío sin saber qué o quién te espera abajo; miedo al ridículo; a pedir azúcar dónde sólo venden sal; miedo a enamorarte en 10 días, cuando lo "normal" es hacerlo en ¿cuánto tiempo....3 meses? Miedo a que las sonrisas desaparezcan.
¡Hay que ser muy valiente para querer volver a construir un castillo de arena, cuando el anterior lo derribaste tu mismo! Y si encima, tu compañero de juegos de playa, te dice que no cuentes mucho con él, que si a mitad de construcción, no le gusta cómo está quedando, igual se levanta y se marcha, entonces ya casí más que valiente, hay que ser un poco suicida. ¿Te lanzarías a jugar en la orilla del mar, con alquien que te dice que no sabe qué hará tras la próxima ola?

¿Quién tiene la llave? Me gustaría saber quién tiene el poder de hacer que todo sea fácil. Necesito que alguien le diga a mi cabeza hacía dónde debe dirigir su atención. Desfocalizar aquello sobre lo que ahora mismo estoy volcada en cuerpo y alma.
Quisiera poder chasquear los dedos y dejar la mente en blanco, los pensamientos congelados hasta que yo quiera. Pero no lo sé hacer.

Y mientras, me convierto a diario en mi animal fetiche y sueño que puedo volvar a dónde quiera, junto a quién desee. Ajena a todo, y envuelta en silencio. Despertando simpatía y ternura. Siendo admirada en su belleza, y casi envidiada en su desapego...la imaginación tiene el don de trasmutarlo todo.

Hoy el día, ha tenido una final agitado, casi bonito. Sólo unas gotas lo han enturbiado en sus últimos momentos.
Por suerte, en unas horas, ocurrirá algo que hará que esté distraída unos días...porque mi pobre cabecita necesita descansar.

NOTA: Aprender a controlar mis pensamientos, y no al revés. Si has conseguido dejar de exigir a los demás, esto también puedes hacerlo.

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