domingo, 20 de junio de 2010

MISCELÁNEA



"Babel" Noa

Este sábado pasado fue el cumpleaños de una buena amiga y hubo cena. Cena rodeada de gente sana, alegre, con la que me sentí muy a gusto y pude mostrarme tal y como soy, y no sólo me sentí aceptada y respetada, sino que además me sentí querida.

Durante la cena rompí alguna norma personal que respeto hace años, cómo tomar carne para cenar. La segunda regla que transgredí fue tomar postre. Pienso que sólo aumentan la cuenta y los niveles de colesterol y azúcar en sangre. Pero ¡qué narices! un día es un día.

Mi amiga, tiene un nombre original, precioso y que yo no he vuelto a ver repetido en nadie. Es dulce, amable, te da lo que tiene, te escucha con todo su ser, siempre con una sonrisa, compartiendo tus sueños, y es la mejor madrina del mundo.

María, compañera de risas y carcajadas, una sintonía perfecta. ¿Dónde está tu botella? La mía, ya está ocupando su lugar prometido.


Otra María, una dominicana (esta de verdad, no como yo) de infarto. Morena, con curvas, labios sugerentes, mirada de las que a mi me gustan: directa y profunda. Gracias por animarme a hacer el payaso con tus carcajadas.


Yendo hacia atrás en el tiempo, y en otro orden de cosas. Hce dos domingos, fui al MNAC (Museu nacional d'art de Catalunya) Justo al salir, hay una cafetería, y decidí tomarme allí una coca-cola, por la cual pagué 3'80€ No sé cómo andáis de dinero los que me leéis, pero yo ando justa. Me parece una barbaridad pagar estos precios como si nada, sin quejarnos. Aunque, bueno, si seguimos así, no nos queda mucho para tener los mismos precios que en "Europa" (no nos engañemos, ESTO no es Europa ni queriendo) ya que en aspectos cómo el laboral, social o integración cultural estamos a años luz, al menos la comida y el transporte que cueste lo mismo aquí que en Estocolmo. Y si los sueldos no tienen nada que ver no importa...total, si no vamos a quejarnos.


Por si alguna vez te has preguntado qué es para mí vivir el momento presente...


Esta semana que acaba hoy, he vivido dos episodios muy, muy desagradables, tristes e injustos en primera persona.
No quiero reproducirlos aquí literlamente porque me dejaron mal estómago. Pero sí que dejaré constancia de que algunas personas, más de las que pueda parecer, deberían aprender y aceptar que el color de la piel no es razón para gritar a una persona, para exigirle un respeto sin esperar ser respetadas. Que seas de la raza que seas, tienes el mismo derecho que cualquier ser humano a ir por la acera, que todo peatón tiene prioridad a los vehículos (aunque el peatón sea mulato, vaya von velo o con chilaba) Y que las personas que no somos blancas, también nos cabreamos, levantamos la voz e insultamos. Y que no crean que esas personas de otras razas deben someterse a NADIE ni aceptar una agresión verbal con la cabeza agachada.

Y que, a pesar de todo, de que me hicieron sentir mal, y me recordaron que todavía hay personas de raza blanca que han olvidado que han sido los peores humanos sometiendo, maltratando, asesinando y tratando peor que a animales a otros seres humanos de otras razas, culturas, religiones, pues como decía, a pesar de todo ello, ha sido el empujón que he necesitado para hacer algo más además de quejarme. Actuar, y hacerme fuerte para que mi voz no vuelva a apagarse (literlamente) cuando una persona vuelva a creer que está por encima mío y que tiene derecho a gritarme y a hablarme sin respeto.

No me extiendo más con esto porque necesito ordenar mis pensamientos y podría escribir cosas que no quiero.

Pero, no puedo acabar así! Así que aquí os dejo unas reflexiones de Saramago, que nos dejó esta semana.
Un premio Nobel que no debío dejarnos tan pronto....porque el mundo está muy verde y hacen falta más mentes cómo la suya para que nos ayuden a los que nos quedamos.

No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona.


¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?


Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada.

Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal.

Gracias por ayudarnos a ver en la oscuridad.

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