domingo, 19 de junio de 2011

HAY COSAS QUE SÓLO CABEN EN EL CORAZÓN



OH HAPPY DAY



Hay cosas que sólo caben en el corazón....y son las que importan. 

Después de la triste anterior entrada, es un rayo de esperanza, ver que continúan ocurriendo cosas buenas todos los días.

El 9 de junio, mi hijo fue operado en la Clínica Dexeus de Barcelona, por el Dr. Javier Mayol (cirujano pediátrico) y su GRAN EQUIPO.

La operación era sencilla, nada serio. Pero en el momento en que tu hijo ha de estar en manos de profesionales sanitarios, lo que esperas y deseas, es que sean los mejores. Y nosotros, dimos con ellos.

Cuando fui operada el pasado septiembre en la clínica Quirón, por el Dr. Romero y su gran equipo, también hice un escrito similar.

Dar las gracias no cuesta nada, y quién las recibe....no tiene corazón suficiente para recoger ése agradecimiento. Desgraciadamente, sólo es noticia cuando se cometen errores sanitarios...pero ¿qué ocurre cuándo realizan su trabajo correctamente? Nada. Y ¿cuándo además de ello, lo hacen con amor, dulzura, profesionalidad, con gran humanidad y con una atención exclusiva a cada PERSONA? Tampoco solemos resaltarlo...y es una pena.

Mi niño todavía no tiene los cuatro años y es un poco asustadizo. El primer día que llegamos a la consulta de éste cirujano y Carlota (su impecable, infalible y brutal enfermera...brutal porque es una CRACK) en seguida fuimos conscientes de que estábamos en buenas manos. Pero no teníamos ni idea de que lo mejor, estaba por llegar.

La primera toma de contacto fue con Carlota Trinxet, la enfermera. Seria, amable, suave y muy cariñosa con los niños. El Dr. Mayol, la primera impresión que me causó fue la de un hombre un poco serio y quizá distante. Sin embargo el padre de mi hijo, captó en seguida que éste cirujano, como se dice vulgarmente, "tiene la mano rota" haciendo este tipo de intervenciones. 

Tras el diagnóstico, y la confirmación de que había que operar, estábamos en sus manos. Hemos sido guiados en todo momento por Carlota Trinxet, quien no ha tenido horarios, para hacer el seguimiento pre y post operatorio. Nos entregaron un escrito con instrucciones sobre cómo explicarle a mi hijo lo que iba a ocurrir. Y seguimos las instrucciones lo mejor que pudimos.

El día de la operación, llegamos a la clínica. Nos colocaron en un box, ya que era una cirugía ambulatoria y no requiere habitación. Mi niño estaba un poco nervioso, porque se le había explicado lo que iba a ocurrir. Cuando se presentó la anestesista, la Dra. Hidalgo, vestida de verde, con la mascarilla, mi hijo le dijo "tu no eres Carlota" La pobre, se lo tomó con sentido del humor (muy necesario con los niños) Llegado el momento, vino Carlota (a quién él recordaba del día de la visita, y yo, siguiendo instrucciones, había procurado que no olvidara, al igual que al Dr. Mayol) Me dieron tres jarabes, que le fui dando a mi hijo, uno detrás del otro en jeringuillas vía oral. Luego vino un momento "delicado" la administración de un broncodilatador con mascarilla. Aquí fue dónde más lloró mi niño...Pero uno de los jarabes, hizo efecto a la vez que la mascarilla, y se quedo como "cuando te tomas una copa de cava" (fue el símil que utilizó Carlota)

Acto seguido, Carlota, lo cogió en brazos, y se lo llevó al quirófano, sin llorar!! Mi hijo le preguntó "la mama puede venir?" Y ella, le contestó "claro, mira la mama ahora se va a ésa habitación, se viste de verde y viene con nosotros, ¿vale?" Hasta yo me lo creí!! Y así, se llevó a mi hijo, en un plis plas, sin llorar. Y ahí nos quedamos su padre y yo, con cara circunspecta...

Cuando terminaron, vino el Dr. Mayol, y nos explicó cómo había ido la operación. Aquí, me voy a permitir una licencia: tiene unos ojos verdes, de mirada amable, que pueden hacer que no escuches muy bien lo que te está diciendo ("cuidao") Bromas a parte, además de atractivo, es un cirujano con unas cualidades humanas que harían a más de uno enrojecer de la vergüenza cuando hablamos mal del médico "fulanito" que te ha atendido de malas maneras.

Cuarenta minutos más tarde, lo trajeron, dormidito...y mi corazón se encogió cuando le ví la vía en su manita. Me senté junto a él. Pasados unos minutos, vino la enfermera Montse Ruiz, y suavemente, despertó a mi hijo. Montse Ruíz, tiene una mirada azul, muy dulce, tal y cómo fuimos tratados por ella, y por todo el personal en todo momento. Se despertó completamente tranquilo, y lo primero que preguntó, fue "¿ya hemos terminado?" ni desorientación, ni excitación...tranquilito y muy orientado.

Más tarde, una vez ya en casa, recibí la llamada de una tal Belén, que se interesaba por saber si había vomitado en las siguientes horas a la intervención.

Después llegaron la introducción de líquidos y sólidos. Las curas. Carlota, estuvo en contacto telefónico y vía email, guiándome.

Así que sólo puedo sentir gratitud por este equipo de personas que realizan su trabajo con los niños de una forma amorosa, dulce, impecable y sin hacerles sufrir.

Mi más sincero agradecimiento al Dr. Mayol, por "tener la mano rota" y transmitir como lo hace: tranquilidad y seguridad; a la Dra. Hidalgo, por su sentido del humor, amabilidad y dulzura; a la enfermera Montse Ruíz, por su dulzura, paciencia y atención; a Belén por el interés y amabilidad. Y a todo el personal con el que hemos tratado en todo el proceso. GRACIAS.

Y mención especial para Carlota Trinxet. Una joven que no me cabe duda, de que está haciendo para lo que vino al mundo. Siempre amable, de mirada limpia, una voz que transmite calma y optimismo. Afable y cariñosa. Con un tacto que poca gente tiene.

NOTA: La canción con la que acompaño éste escrito, tiene un significado especial para mi y para el padre de mi hijo. Disfrutamos con la versión de la película "Sister Act" dónde un adolescente, alcanza unos agudos imposibles, (en el minuto 2:31'') erizándonos la piel el día que lo oímos cantar. Además, el Gospel es un género musical que remueve parte de mis genes...y que también está en los genes de mi hijo. Y porque el día que dimos con el Dr. Mayol, y con todo su equipo, fue un "Happy Day" sin lugar a dudas.

miércoles, 8 de junio de 2011

QAMAR






Qamar significa "Luna" en urdu (dialecto considerado idioma propio de Pakistán )....y así se llamaba él.

No recuerdo la primera vez que le ví. Pero me pareció más que atractivo, que hablaba muy bien español, simpático. Morenazo, con unas pestañas que te envolvían. Sonreía a través de sus negros ojos, y te daba calor sólo con mirarte. Siempre impecable. Elegante, cuidaba su imagen hasta el mínimo detalle. Abierto, expansivo, amable. Entrar en su tienda, era una pausa que agradecía.

Tenía una cicatriz en la ceja izquierda, que le identificaba. Sus bonitos labios, enmarcaban una sonrisa blanca y franca. Reía con la misma intensidad con la que gesticulaba y se emocionaba, cuando con vehemencia, tocaba puntos que eran valores primordiales para él.

Congeniamos la primera vez que hablamos. En la calle Caballero, en el barrio de Les Corts,  hay un "pakistaní" dónde dos jóvenes, uno de 25 y otro de 23, me alegraban las mañanas. El más joven, un tibetano, que me tenía enamorada. Qamar, el mayor, un pakistaní, que en poco tiempo me contó su vida...o parte de ella. El badulaque era suyo, y trabajaba todos los días de la semana.

Llegó a Barcelona con 12 años. Tenía otro hermano. Su novia, una rubia catalana, tan abierta cómo él. Yo solía pasar a menudo, y siempre, paraba, preguntaba al tibetano si Qamar había llegado ya. Solía hacerlo a partir de las 12h, porque luego se quedaba hasta pasadas las 23h
Pasaba rato hablando con él. De religión, de viajes, de lugares, política, de mi hijo, de su novia. Le llamaba la atención mi persona, mi vida, mi trabajo. El que viaje sola. Y a mi me gustaba mucho cómo hablaba, su voz, lo bien que hablaba español, su rotundidad, su mirada, su fuerza, su energía, la vida que había en él. Integrado completamente, hablaba catalán y castellano. Personificaba la integración sin renunciar a los propios orígenes.

Me sentí orgullosa cuando me pidió consejo sobre a qué ciudad ir a pasar cuatro días con su novia. Les recomendé París. Y semanas más tarde, me enseñaba, orgulloso las casi 400 fotos de su estancia en la ciudad de la luz y del amor.

Pero supongo que nunca lo sabemos todo de los demás. Y es probable, que Qamar tuviera algún lado oscuro....como la luna.
Pero lo dudo tanto...antes creo que se cometió un error, que le costó la vida.

El 23 de mayo, a las 13:30h (momento en que el tibetano comía en la trastienda, como cada día, y momento en el que yo hubiera podido estar allí hablando con él, como tantísimas otras veces...) un encapuchado, entró en el local, y sin mediar palabra, le disparó a la cabeza. Unos segundos interminables, y 4 disparos más. El asesino, salió corriendo...

Y así, 5 balas, le arrancaron la vida al pakistaní más buena gente que he conocido nunca.

No daba crédito a la noticia. De hecho, no lo relacioné de entrada. Lo pude confirmar ayer. Y allí, en el badulaque, donde tantas veces charlamos, reímos...lloré frente a su tío, un desconocido, que pudo comprobar una muestra más de lo querido que era su sobrino en la calle, en el barrio. Mientras mi cerebro asimilaba que efectivamente se trataba de él, mis ojos se quedaron clavados en una postal de Santa Sofía (Estambul) que él mismo, enganchó a la pared, cerca de la caja registradora. Aquélla foto, fue el pretexto para una de nuestras primeras conversaciones. Yo había estado recientemente en Turquía, y le daba mi opinión sobre lo que había visto... La miraba sin verla. Lloraba. Y me daba igual mi uniforme, su tío, un señor que no me conocía de nada. Me daba igual todo. Habían matado a Qamar. Cuatro palabras.

Parecía una película. De repente sentí que estamos en un mundo sin ley...por mucho que se empecinen políticos y organismos.

Recuerdo la última vez que lo vi. Iba muy, muy guapo, llevaba una camisa de color marrón oscuro, con una rayas verticales, de color café con leche, olía muy bien, y una llamada a su móvil nos interrumpió. Con un gesto, me dijo, que me esperase un momento....pero le dije, que me pasaba más tarde...no lo hice, pero por nada en especial. Pensé que ya lo vería al día siguiente.

Hace poco, me explicaron que hay unos indios, cuya parte de su filosofía, consiste en ir cerrando círculos. Que al despedirnos de alguien, lo hagamos como si fuese la última vez...porque no sabemos si volveremos a ver a ésa persona.

Hoy, volviendo del trabajo, en el autobús, lloraba, mientras miraba por la ventana...él se colaba en mis pensamientos. Su risa, cómo me hablaba de su novia, cómo me preguntaba por qué yo no tenía novio. Me preguntaba por mi hijo, dónde iba este verano. Siempre, siempre sonreía. Optimista y vital...

Tenía 25 años, sueños, proyectos, toda la vida por delante. Y sabía cómo se llamaba mi hijo.

Gracias por lo compartido...Hasta siempre Qamar.

NOTA: Al día siguiente de escribir esto, me acerqué al badulaque con mi pequeño, y compré un clavel rosa pálido. Se lo entregué en mano a su tío, mientras lloraba. Mi hijo, que en dos meses cumplirá 4 años,  me preguntó por qué lloraba "Me estoy despidiendo de un amigo..." Y siento que he podido cerrar el círculo con él.

domingo, 8 de mayo de 2011

EMPEZAR...






"Rolling in the deep" Adele

Camina subida a unos tacones, con la fuerza de  quién sabe que el mundo está bajo sus pies. Sus pasos, rítmicos y firmes, dejan de lado los tropiezos. Para eso, están las palabras. Las que se dicen, las que se leen en los ojos, las que no pronuncian las sonrisas.

Se abre paso entre la multitud, rozando levemente hombros, cruzando fugaces miradas, captando un par de palabras de una conversación que ocurre a su lado mientras espera a cruzar el semáforo.
Dos ojos como platos la miran desde abajo. Ella devuelve la mirada acompañada de una sonrisa, que recibe la evasión del niño, la timidez de la infancia, a la que la inocencia ha dado paso.


Al girar una esquina, un malabarista hace danzar en el aire, tres mazas, en medio del paso de peatones, frente a los coches que esperan el verde del semáforo. El malabarista maquillado como un mimo, sonríe a los conductores...el semáforo cambia a verde. 


El mismo semáforo verde que le da paso a su nueva vida.

Los principios pueden ser duros, difíciles, bonitos, pero TODOS resultan inquietantes. A veces puede costar arrancar, otras lo estamos deseando...

Se dice que "morimos cada día" aunque yo prefiero pensar que en una vida completamos varias "sub-vidas" y cada una de ellas corresponde a etapas marcadas por el natural devenir de la vida, o por etapas que nos marcan. Momentos que graban un "antes y después" en nuestro corazón.

El miedo. Un paralizador aplastante. Vergüenza (miedo camuflado) ¿cuánto hace falta para que una persona comprenda con el corazón que no hay que tener miedo? Que es sin miedo cuando empezamos a VIVIR de verdad. Tomemos ejemplo de los niños. Ellos llegan a la vida sin miedo.

Así me gusta vivir mi vida: sin miedo, sin vergüenza, con la capacidad de sorprenderme y emocionarme por cuánto más cosas mejor...

Todo este preámbulo, para decir que me matriculo en la universidad. A mis 37 años. Parece que he vivido mi vida al revés. Como en la película "El extraordinario caso de Benjamín Button" Ahora, cuando se supone que "tocaría" empezar a disfrutar de la solidez que aporta conseguir una estabilidad emocional, sentimental, laboral, económica....es cuando yo empiezo la etapa universitaria!!!

Y como me dijo el otro día una vieja y amiga, mi experiencia personal, me servirá para aportar mi grano de arena a otros, cuando acabe mis estudios como educadora social.

Y hasta aquí por hoy. Espero que te quedes con una sonrisa en los labios.

miércoles, 27 de abril de 2011

SI NO ESCRIBO, ME MUERO


"Listen to the silence"

Vaya, ahora voy a quedarme con el culo al aire, y todos descubriréis que no tengo palabra....dije que terminaba este blog porque sentía que había acabado esa etapa, y ahora, aquí estoy otra vez.

Las ganas de escribir, han sido cada día mayores, he visto que el blog ha continuado teniendo visitas, incluso de Venezuela, Rep. Dominicana, Chile, EEUU...así que, como Roger Rabbit, al oír el repiquteo de un bastón que le hacía salir disparado de dónde estuviese escondindo...de una forma parecida, heme aquí.

Y he escogido escribir esta entrada hoy, por tres cosas que han ocurrido precisamente durante el día de hoy.

Al salir del trabajo, me he cruzado con Eduard Punset. Y ha sido muy divertido, porque solo nos hemos mirado, sonreído y saludado como dos viejos amigos. Es tal y como aparece en TV y habla tal y como lo he oído en las entrevistas que hace y le hacen. Es un crack.

Y bueno, hoy, precisamente hoy, he descubierto que se ha sumado el seguidor número 12 (un número que me gusta mucho) así que no he querido dejar pasar más días.

Pero en breve me matriculo en la universidad, continúo con mi vida estresada de siempre, empiezo a ayudar a un buen amigo con un proyecto virtual, y quizá, solo quizá, inicie otro proyecto más ambicioso, así que tendré que empezar a buscar la fórmula para añadirle al día 5 horas más....creo que serán suficientes.

A mi favor juega que el destino sigue sin querer que un varón me preste atención (no ha sido a propósito, lo juro) a mi favor, porque así no me distraerán los placeres de la carne.

Y por hoy, es suficiente, o eso dicen mis párpados, que cada vez se despegan más trabajosamente.

Por cierto, si hay alguien ahí, leyéndome, que me lo haga saber...por favor.

Buenas noches y....aquí seguimos.

lunes, 7 de febrero de 2011

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO




 Mi hijo y yo, en uno de mis lugares favoritos: El aeropuerto de Barcelona

"Love's divine" Seal

Hace mucho tiempo que me rondaba una idea. Excusas eternas fueron postergando el momento de convertir esa idea en una realidad. No estoy preparada. No sabré hacerlo. Puedo herir a terceros. No gustará. Lo dejaré a medias. Me falta formación. Me abandonará la inspiración...Bla, bla, bla...Llegó el momento. Así de sencillo.

Las últimas entradas han sido coletazos que han dado mis dedos sobre el teclado, resistiéndose a aceptar lo evidente. A escuchar "la llamada"

Este blog nació hace 3 años y 9 meses y gracias a él he aprendido a moverme por la red, y lo que es mejor, a moverme por el laberinto de mis emociones y de mis pensamientos. Me ha acompañado, ha sido mi confesor, mi "amigo" incondicional. Me bastaba encender el ordenador, y podía deshaogarme hasta quedarme vacía. Aquí me tomé la temperatura a mí misma. Me pregunté: " A ver Carme ¿qué quieres contar? ¿cómo quieres hacerlo?" Dando así unos muy torpes pasos en esto de la escritura. Sé que no soy ni tan siquiera una aspirante a escritora, y no me cabe ninguna duda de que errores de todo tipo campan por todo "Mi plan de viaje" pero de lo que estoy muy contenta es de mi propia evolución personal.

No me he sentido sola. Sé que detrás de estos textos, de las fotos, han habido lectores que me han seguido en menor o mayor grado de implicación. Aquí ha sido dónde me he refugiado cuando me he sentido sola allí fuera...

Lectores que llegron aquí por casualidad, algunos a los que les dí yo misma el enlace, otros por recomendación de alguien. Los que nunca me han dicho ni una palabra escrita, los que lo han hecho escondiéndose en el anonimato que presta internet. Los que me han leído y seguido sin faltar ninguna semana, pero que nunca se han tomado la molestia de alentarme con un comentario. Y el único lector que no ha fallado ni una vez desde que conoció mi blog: Víctor. A tí quiero darte las gracias especialmente porque no sabes las sonrisas que me has sacado al ver que ahí dejabas tu huella. Los ánimos que me has dado más de una vez sin pretenderlo. Y a todos los que me habéis felicitado, a todos los que os he hecho pasar unos minutos de reflexión, de sonrisas, de saber algo más de mí, o tal vez de vosotros mismos.

Aquí llegué hablando en singular, y salgo hablando en plural (mi hijo y yo) he ido superando una a una las fases de mi divorcio, asimilado desamores, amistades que no lo eran, burlas, errores que cometí, tropiezos, sueños rotos, he vertido parte de la vergüenza cuando me he sentido una fracasada, he venido a exhibir mi orgullo cada vez que he conseguido un triunfo.

Todo esto ya hace que Mi plan de viaje sólo me haya aportado cosas buenas.

Pero nada dura para siempre. Todo inicio tiene su fin. Y siento que la hora de dar por concluido Mi plan de viaje ya ha llegado. Un nuevo proyecto me aguarda. Aunque quisiera, no puedo retrasar más el ponerme manos a la obra. Es algo que lleva demasiado tiempo llamando a la puerta. Ha urdido diversas formas de ponérseme delante y siempre lo he esquivado. Hasta hoy.
Y me voy como llegué...con una entrada que no es otra cosa que una salida.

Cierro la puerta con una sonrisa y con mucha emoción. Pena porque, por mucho que se empeñe la moda, en realidad nada vuelve. Todo lo vamos dejando atrás. Aquí quedan buenos recuerdos, sonrisas, lágrimas de aprendizaje...cada cosa en su lugar y mecido en la calma que acompaña al silencio. A partir de hoy, sólo el polvo se acumulará entre estos escritos.

Como decía Forrest Gump "la vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar" y así es como me siento; no sé qué ocurrirá a continuación. Desearle a todo lector que sepa reconocer la felicidad. Que pueda descubrir cuál es su camino, y sobre todo que sea fiel y honesto consigo mismo.

Os envío un abrazo, un beso y amor. El amor, ése motor que mueve el mundo, y que a veces parece una quimera. Y recuerda: SÓLO TENEMOS UNA.


Soplan nuevos vientos. Gracias por acompañarme éste tramo del camino.

domingo, 6 de febrero de 2011

37 gatos y 12 perros

Huellas de mi hijo y mías, estas navidades en Alemania

"Eden Roc" Ludovico Einaudi

Seré una desagradecida. Pero no quiero leer ni oír más "no estás sola" Esas palabras sólo puede pronunciarlas mi hijo.

Me regodeo en la hipocresía de algunas personas. Es duro ser madre y estar sola. No importa si me encuentro mal o bien. Cuando mi hijo me reclama, ahí estoy. Al pie del cañón.
Cuántos padres, y sobretodo madres, se tienen que tragar sentimientos encontrados. Momentos en los que lo lanzarías todo a la basura. No saldrías de la cama. Desearías dar marcha atrás, hasta el momento antes de la concepción. Sí, así es.

La autocompasión, a veces nos lleva a hacernos masturbaciones mentales. Nos sentimos los más desafortunados en infelices del planeta. Creemos que nadie nos comprende.

Por eso hace tiempo aprendí lo importante que es algo tan sencillo como abrir los ojos y las orejas. Mirar a nuestro alrededor. Oír a todo aquél que esté dispuesto a contarnos parte de su historia.

El viernes andaba yo agobiadilla, con el frío que hace en la calle y el costipado que acabó de dar la cara (y del que hoy debo estar en su último día de la fase aguda) cuando un vagabundo me habló. Y con una sola frase me recordó lo afortunada que soy. Que sí, mal de muchos consuelo de tontos. Pero me ayudó mucho cuando me dijo "yo no tengo a nadie" Añadió que tenía 37 gatos y 12 perros. Que por ellos salía cada día a buscar comida. Estremecedor.

Puedo imaginarme qué debe ser no tener a nadie. Me lo puedo imaginar. Y no sé qué es más triste: si tener a alguien, pero como si no lo tuvieras, con lo cual no puedes recurrir. O no tener a nadie, llanamente.

Tengo a mi hijo. Él es mi columna vertebral. Mi elixir de la vida. Mi aurora boreal como ya dije en otra entrada de este blog.
Él me perdona cuando me enfado más de lo que tocaría. Me sonríe y me dice "te quiero" cuando siente que estoy agotada, irritada, triste. Me recuerda que no hay que rendirse. Me enseña que aunque no tenga "mayores" a los que recurrir y pedir ayuda, le tengo a él. En su cuerpecito alberga toda la energía, la alegría, la fuerza, que a veces me faltan a mí y me regala pequeñas dosis para que yo pueda continuar.

Y estoy dispuesta a enseñarle todo lo que pueda, acompañarle hasta cuándo sea, y aprender de él al máximo. Y sobretodo, descubrir el mundo a su lado.

Pero hay días en los que me quedo con la mirada perdida y pienso en cómo sería si tuviera a alguien al lado...

STAND STILL




"Gensound" Gensound


De vez en cuando me preguntan: ¿no te incomoda hablar de cosas tan íntimas así, en internet? ¿no te importa que pueda leerlo cualquiera? No, no me importa. Porque lo que yo considero íntimo es qué clase de madre me considero, la intimidad de mi casa, mis días con mi hijo, tal vez, y depende del humor que tenga, también considero íntimo si últimamente no me apetece masturbarme con la misma frecuencia...y por supuesto la vida privada de mis amigos, de gente que conozco y puntualmente me han abierto un poco su corazón, sus preocupaciones...quiero decir, que lo que aquí escribo, no me importa que puedan leerlo ajenos.

Son mis reflexiones sobre qué y cómo me afecta. Naturalmente con el filtro que no escribo sobre TODO lo que me preocupa o me hace feliz...¿o quizá sobre esto último sí?
De acuerdo, hablé hace unos pocos meses de que me había enamorado (y me salió rana-sapo) pero fue terapéutico hacerlo.Necesitaba sacar y sacar todo lo que me generaba ese estado.

Últimamente estoy muy cansada. Sólo trabajo y cuido de mi hijo. ¡Y casi me falta el aire para respirar! Leer y escribir, dos actividades que me cargan las pilas, apenas puedo dedicarles un poco de tiempo. No el que quisiera.

Estos días he sido consciente de algo muy importante. Tomar consciencia de ello me ha llevado esta semana a hacer algo que no había hecho nunca antes: quedarme quieta. ¿Simple, verdad?

No salirme de lo habitual. Limitarme a la rutina, que además ya contiene momentos emocionantes y excitantes por sí misma. Como para generar un infarto, según el día.

No sé hasta cuándo, pero de momento se acabaron los movimientos frenéticos, convulsos, alocados. Estoy exhausta. Como si hubiera estado corriendo como un animal escapando de su depredador.

Amar, enamorarse, sentirse amado ¿Quién no lo busca? Sí, quienes ya lo han encontrado, pero esos no cuentan. Con más o menos tesón, con mayor o menor obsesión, pero creo que lo hacemos todos. Por eso no me siento rara, ni me da vergüenza escribir sobre ello aquí.

Mis amigos, gente con la que he hablado del tema, comentan que el amor aparece cuando menos lo esperas. A mí, me váis a tener que disculpar, pero los topicazos me tienen aburrida. Creo que el amor aparece, lo encuentras o te encuentra. Te lo tropiezas, o lo acabas aceptando por mucho que lo rechaces de plano. A veces le das la espalda, y otras no llega nunca.

Pues en esas me encontraba yo, cuando hace poquito me di cuenta de lo cansada que estoy de buscar. Y además, ojo a la energía, y esfuerzos que le he dedicado.

No hay enfado, ni tristeza. Sólo agotamiento y sensación de haberme liberado. Siempre el mismo proceso: ilusionarse------decepción.

Le voy a dar unas merecidas vacaciones a mi corazón. Casi puedo oír sus jadeos intentado recobrar el aliento. Y es tan sencillo como quedarme quieta. No hacer ni un movimiento que se salga de lo habitual. Protegerme en mi rutina. Cumplir con mis obligaciones. Y "el resto" tendrá que esperar a que me recupere a que tenga ganas, o a que me encuentre ese alguien que no sé dónde coño se ha metido (uy! perdón, no quería decirlo así)

Me toca encontrar inspiración y tiempo para próximas entradas. Ando falta de las dos cosas. Porque no creo que interese que explique que hoy he hecho por primera vez una salsa roquefort (con queso azul alemán) que me ha quedado para llorar (por rica, ¿eh?) o que mañana me voy al Museu de la Ciència con mi hijo que le gusta mucho y lleva días pidiéndomelo.

Lo que digo: falta de tiempo y falta de musa...