miércoles, 6 de octubre de 2010

PACTO DE AMISTAD

"Ain't no mountain high enough" Aretha Franklin


Para mí la única diferencia entre el amor (románticamente hablando) y la amistad, es que en el primero hay una implicación sexual, y en el segundo no. Ninguna más.

Un mérito especial le otorgo a la capacidad de permanecer "ahí" con el paso de los años, sin sucumbir a las circunstacias. Y aunque los vaivenes nos hagan ir y venir, acercarnos y alejarnos, nunca se pierde el contacto del todo. Cómo dos aves volando una junta a la otra, o dos hojas deslizándose por el curso de un río.

Para mí es un lujo tener a alguien con quién compartir lo que deseemos y podamos. Alguien a quién tender la mano para que nos la sujete, o para sujetársela. Y aunque es complicado, ralla la perfección el amigo al que le puedes contar lo que sea porque sabes que no te va a juzgar; aquél que es capaz de conectar alma con alma, y comprender de qué le estás hablando. Pero considero tan amigo a aquél que te escucha y te regaña, se escandaliza ante según qué relatos.
Pero lo que no acepto, es el amigo que ejerce de Pepito Grillo sin tú haberlo pedido. Y es que ser amigo, es todo un arte, no me cabe duda.

La vida te marca, te deja cicatrices y a veces heridas que te marcan para siempre. Una de mis cicatrices me la hizo una amiga de infancia; alguien a quién durante años etiqueté como "mejor amiga" sin serlo. Era una amistad forjada en la infancia...pero el error fue que dicha amistad no creció con nosotras, ni se aclimató a la evolución que ambas vivimos al convertirnos en adultas. Una amistad viciada. Ella no fue una amiga. Y así me lo demostró con el tiempo.

Con los años, y con ayuda, pude asimilar aquello, comprenderlo y perdonarlo. Pero la marca que me dejó en el alma es que no quiero "mejores amigas" no quiero volver a etiquetar así a nadie más. Lo que hago ahora es que selecciono muy bien a quién califico como amigo-a.

Por la vida que he tenido conozco a mucha gente. Con unas personas tengo una relación más estrecha, con otras menos. A veces los lazos se estrechan o se aflojan, en función de las circunstancias y los momentos que atravesemos. Para mí conocer a mucha gente me ayuda a darme cuenta de que en el fondo estamos más solos cuánto más rodeados de gente...al menos yo funciono así. En otras ocasiones, me recuerda que las relaciones hay que mimarlas. Algo así a que en una orquesta, cada miembro sólo puede tocar un instrumento a la vez.

Me gustaría hablar de todos y cada uno de mis amigos, pero restaría el protagonismo que merece cada uno de ellos; así que hoy hablaré de una de mis AMIGAS.

Nos conocimos trabajando, hace más de diez. Y nuestra amistad se fue fraguando poco a poco, como todo lo bueno. Tuvimos momentos en los que estuvimos más cercanas, otros en los que nos alejamos un poco. Nos hemos enfadado la una con la otra....quizá, más que "enfadado" diría que molestado abiertamente y nos lo hemos dicho en el momento y a la cara.

A estas alturas de mi vida, puedo afirmar tranquilamente que lo que más me une a una persona es compartir "malos" momentos que los buenos. Es una paradoja de esas que tiene la vida. Lo bueno debería unirnos más, se supone. Pero cuando compartes lágrimas, incertidumbre; cuando percibes al amigo ahí, a tu lado, fuerte como una roca, dándote apoyo...luego, lo bueno sabe a celestial. Y esa felicidad es la suma de todo.

Entre sus defectos (lo siento chata, es mi blog, y puedo escribir lo que quiera, jajajajajaja) es que a veces su tono de voz es más seco, borde, cortante de lo que ella pretende sonar en realidad. Tiene otros defectos, pero si ella acepta los míos, ¿tendré que hacer yo lo mismo con los suyos, no?

Tiene muchas virtudes, una de ellas, es que con una frase, que puede decirte mientras está removiendo su café, o fregando los platos, te toca el corazón, lo acaricia inundándote de cariño y dulzura. Y continúa con su tarea como si tal cosa.

Hace poco, mi amiga, tenía que coger un vuelo y yo, como buena amiga que soy, me levanté con ella a las 4h y la acompañé al aeropuerto. Mientras nos tomábamos un café, me soltó, así de repente: "eres mi mejor amiga" No me lo esperaba, y me dejó francamente tan perpleja que casi ni contesté. Pero me llevé de vuelta a casa la sensación tan cálida que me provocaron estas palabras. Previamente, la ví desaparecer tras el control de polícia, rumbo a romper con uno de sus miedos, y a enfretarse a una tarea que puede enseñar y hacer crecer a una mujer sobremanera. Mientras la veía mezclarse entre la gente, recordé que me gusta despedir y recibir a la gente en los aeropuertos y estaciones de tren.

Otro momentazo que me regaló ocurrió este domingo pasado. Mientras preparábamos el desayuno en la cocina de mi casa, yo cogí un bol de cristal y puse un poco de uva. Ella, mientras fregaba una taza, dijo sin apartar la vista del chorro de agua: "eres distinta" Yo, sorprendida, le pregunté que por qué, y ella me dijo porque ella no conocía a nadie que tomase uva para desayunar. Entendí a qué se refería. Aunque quise que me explicase un poco más esto. Se refería a algunas cosas que hago, a cómo vivo, a detalles que viven conmigo...fruto todo ello de mi pasado, de haber sido educada y haber convivido con personas...."muy viajadas" progres y con amplitud de miras, mezclado con personas completamente opuestas a las características que acabo de citar. Si le añadimos, mis gustos....tenemos mi casa, mi intimidad, mi forma de vivir, de ver la vida, y mi forma de empezar un domingo.

Como amigas que somos, hemos compartido cosas buenas y cosas malas. Ambas sabemos que el hombro de la otra está ahí, al igual que las orejas y las manos.
Ya lo sabes, pero quiero dejar aquí constancia para que lo sepan más personas: lo estás haciendo MUY BIEN. Y sabes que mínimo hay dos personas que estamos muy orgullosos de ello.

Gracias a tí....y por cierto: lo que tengamos que andar juntas del camino, lo voy a disfrutar con orgullo por contar contigo y por estar a tu lado.

Eres lo que eres. Somos lo que somos.

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