domingo, 19 de octubre de 2014

CUANDO LA BUENA VOLUNTAD APLASTA LOS SENTIRES



La gente tiene que aprender a no querer interferir en los procesos ajenos. A respetar (pero de verdad) el sentir de las demás personas.
No seré yo quien te diga cuanto debe durar tu indignación/enfado/tristeza y como debes vivirlas.
Al final, acabaremos por no expresar...porque si cada vez que decimos "Estoy mal" viene alguien a decirnos "Pues estate bien, que no vale la pena, la vida son dos días..." dejaremos de expresar.

No se de donde sale ese afán de responder "No estés triste. No llores, no merece la pena" pero es una respuesta "trasnochada" resultado de otra época, cuando las emociones no se canalizaban como ahora. O directamente, no se canalizaban.

A veces, la buena voluntad aplasta los sentires. Y creo que hay que aprender a ACOMPAÑAR, sin DIRIGIR el sentir de la otra persona.
Si estas mal, triste, asqueado/a, enfadado/a, yo decidiré si te acompaño o si me mantengo al margen. Tu decidirás si me permites acompañarte. Pero, ni yo pretenderé que dejes de llorar o empujarte a que lo veas todo bajo un arco iris, ni tu deberías permitirlo.

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