domingo, 19 de octubre de 2014

RESTAURANTE CASA JOAQUÍN.

El restaurante Casa Joaquín, en Broto. Yo no he estado. Pero conozco a una de las personas que lo llevan. Pero llevar, de llevar. De remangarse y ponerse a fregar platos, a cocinar, a servir...eso es llevar para mi.

Hay un cuento que habla de que el mundo es cómo tú lo veas. Y lo verás, así seas. Si eres alegre, sabrás ver alegría. Si eres imbécil, verás imbecilidad a tu alrededor. No hay más. ¿Qué quiero decir con esto? Que si vas a un lugar, dónde priorizan la sinceridad y la calidad de lo que ofrecen (comida) y te ofrecen que puedes amenizar la espera, dando un paseo, pues puedes seguir el consejo o no, pero si de esto, haces un juicio de "mal servicio" eres esclavista. O apuntas maneras.

Para todas aquellas personas que gustan de viajar, de vender su postureo de "viajeros" "mochileros", y luego son unos snobs intransigentes de cuidao.

"Esa gente estúpida que intenta darte lecciones de cómo llevar tu negocio, tras mas de 30 años de experiencia. 
Esa gente boba, tonta de baba, que no se entera de cuál es la diferencia entre ir a comer a un restaurante de postureo, o a un sitio dónde las cosas se hacen con cariño, a fuego lento, con productos de temporada, y de categoría superior.
Esa gente que mea mas alto y son tan tontos que no se dan cuenta de que se salpican mas y cuándo les explicas que ESTÁS INTENTANDO ENCONTRAR PAN, porque no hay ni una barra en todo el Valle, se indignan.. porque ni tu, ni el panadero, ni el tendero ni nadie, ha previsto que ELLOS IBAN A LLEGAR a cenar a las 20:00h.
Y por último, esa gente tan gilipollas que les dices que den un paseo EN SUS VACACIONES, de diez minutos de duración, en un pueblo precioso de montaña y les parece peor incluso que si te hubieras cagado en sus muertos.
Pues veréis, resulta que en Casa Joaquín, a lo mejor no somos los mas profesionales del mundo, a lo mejor adolecemos de las mejores técnicas de atención al cliente, pero resulta que hacemos lo que nos gusta, como nos gusta y cuándo nos gusta y además, tenemos la suerte de llevar toda la vida haciéndolo.
A lo mejor, dado que vivimos de ellos, a lo mejor, no hacemos las cosas tan mal y a lo mejor, los que tenéis el problema sois vosotros, que confundís el servicio con el servilismo.
Por cierto, la empleada que os invitó a dar un paseo, ni siquiera a vosotros, sino a la pareja que vino delante vuestro, es la hija del jefe, y cuándo tenía seis años, subida a una caja de cervezas, ya sabía cocinar con un respeto hacia este oficio, mucho mayor del que habéis demostrado vosotros, que ya rozáis la cuarentena.

Y dicho esto, este fin de semana hemos dado 209 comidas en día y medio de trabajo... no debemos ser tan malos"

Carmen P. L.

Imbéciles everywhere.


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