domingo, 24 de enero de 2010

ETERNA CREADORA DE SUEÑOS

Soy experta en crear sueños. Los creo para mí y para los demás. La diferencia es que conozco el resultado de los míos, que la mayoría de las veces es el mismo: me acabo estrellando contra el mismo muro de siempre, que soy yo misma.

Los creo, les persigo y los abandono. He soñado tanto y he alcanzado tan pocos. Sin embargo esos sueños han sido el motor que me han permitido mantener una velocidad de crucero a lo largo de mi vida; a veces a más revoluciones, otras a ralentí.

Nuestras quimeras nos definen, por eso creo que es importante no dejar de tener sueños nunca; si lo hacemos habremos iniciado el proceso de morirnos en vida.
Generalmente, y como la mayoría de las personas soy muy autoindulgente con mi ignorancia; pero de vez en cuando sufro ataques de “realismo consciente” y miro de frente para aceptar que en realidad no sé nada, y de que peco, como todo el mundo, de hablar mucho y demasiado; de opinar a la ligera sobre asuntos varios, y, por si fuera poco, emito juicios de valor completamente posicionados sin conocer todos los frentes sombre un asunto cualquiera.

Si fuéramos más responsables de nuestras palabras, habría mucho silencio. Quién más quién menos, tiene en su armario el traje prudente, el del respeto y el de la tolerancia; deberíamos vestirlos a diario…Prudencia para manifestar nuestros sueños, respeto por las utopías propias y ajenas, tolerancia para con todo el mundo, incluidos nosotros mismos. Personalmente creo que me he auto-boicoteado dos pasos de cada tres que he dado.

De igual forma que cambio de opinión muy a menudo, mis sueños se van transformando en otros, o los depuro hasta convertirlos en algo más “realista” porque además también sufro el “mal del idealista” aquél que te hace creer que eres capaz de todo lo que te propongas.

Los sueños me ayudan a salir de la cama a diario. He conocido a personas que no los tienen: ni sueños, ni razones para vivir el día a día…Viven sumidos en la desgana, inapetentes por completo, pasan por la vida como quién hace cola frente a la ventanilla de hacienda (sabes que es un trámite por el que tienes que pasar, aunque estás deseando que acabe pronto)

Lo malo que tiene no alcanzar los sueños, es que se corre el riesgo de aumentar el saldo de nuestra cuenta particular de frustración. Es de suma importancia aprender a gestionar esto. De nuevo aceptación y respeto.

En contrapartida salimos ganando mucho si nos atrevemos a soñar: es gratis y nos ayuda estar de buen humor. Expande nuestra imaginación, y con suerte (y esfuerzo, sacrificio y trabajo) pueden llegar a convertirse en una realidad.)

Cuando llegamos a la vida, lo hacemos dotados con el sexto sentido. La intuición es como un detector de energías, un chivato que nos puede ayudar cuando algo o alguien no nos conviene.

Por mi parte, y en lo que respecta a mis sueños, seguiré soñando y prometo hacerlo de forma más proactiva y no solo limitarme a ensoñaciones pasivas que me evaden de mi realidad como si de una droga se tratara.

Nota: el tiempo pasa, corre, vuela, se escapa de entre nuestros dedos de forma imperceptible. No postergar nada porque el mejor momento para hacer algo es AHORA. Es lo único que tenemos.

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