jueves, 21 de enero de 2010

VIDA 1-YO 0

Estoy cansada. Digo yo que las personas para quiénes la amistad, el amor, el respeto, el compromiso sean algo más que palabras, existen. Pero desde luego no en mi mundo. Me siento derrotada por la vida, por las circunstancias, por mi misma.

Cuando de repente te das cuenta de que nunca pides nada porque en el fondo sabes que la respuesta va a ser un "no", sientes tanto miedo de ver que estás rodeada de fantasmas a los que TÚ MISMO llamas amigos...que la angustia es la única responsable de que no rompas a llorar frenéticamente, ya que en tu garganta se pelean las lágrimas y el vómito por salir primero.

¿Cómo se puede estar tan sola? ¿En qué mundo vivo? Mi mundo se sustenta en una realidad virtual, que se desvanece si intento tocarla.

Y lo que está ocurriendo es que me encierro, me voy lapidando yo sola, en unos muros que me protegen y a la vez me entierran en vida.

Hay días malos, y días buenos. Hoy es un día malo, y como no quiero/puedo hablar de esto con nadie lo escribo aquí...total, nadie va a leerlo.
Pero si por alguna extraña razón estás leyendo esto, no creas que me arrastro por mi rutina, con expresión taciturna envuelta en un halo meláncolico...estoy tan acostumbrada a sufrir que desarrollé la extraña virtud de sonreír SIEMPRE y de plantarle cara a los reveses con un agudo e irónico sentido del humor. Pero cuán cierta es la expresión popular "la procesión va por dentro"

En las peleas de perros, ambos canes plantan cara el uno al otro hasta el final de uno de ellos o de ambos. Quiero decir con esto, que aunque esté plantando cara, no implica forzosamente que esté luchando...tan sólo me limito a no dejarme aplastar sin hacer nada.

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