miércoles, 5 de mayo de 2010

HUÉSPEDES BAJO EL CIELO PROTECTOR



Los pensamientos, ideas, sensaciones proliferan cómo los hongos en otoño después de un agosto lluvioso. No tengo tiempo material para escribir sobre ellas.

Cuando, por trabajo te tienes que relacionar con "usuarios" a veces te ves involucrado en situaciones peculiares, sorprendentes. Algunas de ellas son desagradables, y mucho. Te encuentras con personas que necesitan verter su "esencia" tóxica sobre tí. Son cómo un huésped inesperado, y cómo no son bien recibidos, cierro filas, y no permito que su presencia me acompañe más allá del tiempo necesario.

Pero, también es verdad que en ocasiones, te cruzas con alguien que te traspasa parte de su "buena química"
Un desconocido, me pide fuego, y después de encenderse su cigarro, mientras me devuelve el mechero, me dice que tengo cara de buena persona. Y se marcha, dejándome con un signo de interrogación sobre mi cabeza y una medio sonrisa entre sorpresa, satisfacción y confusión...que vamos debo estar para una foto anunciando el "antes"

Otro, me pide que le ayude. No consigo solucionarle el problema, pero para acabar la conversación, me dice que mi cara engaña. Mi expresión es de "mala leche" y al emitir la primera palabra, la impresión incial se desvanece al instante. Antes de despedirse con una sonrisa, mientras me estrecha la mano, me dice que faltan más personas cómo yo. Sólo consigo sonreírle. No atino a responderle ni un simple "gracias"

Es más inteligente, y mejor para el estado de ánimo, quedarse con las cosas buenas. Aunque estoy de acuerdo: hay veces en que los residuos que nos dejan los "huéspedes no deseados" son difíciles de liquidar...pero de ello hablamos otro día.

Hoy, mientras esperaba el tren, contemplaba medio embobada la luz que había esta tarde. Un cielo con fuertes contrastes entre el azul radiente característico tras una tormenta, y las nubes bicolor gris-blanco. Y justo cuando intentaba decidir qué color predominaba más en las palmeras, si el plateado (efecto por la luz, en serio...era mágica) o el verde oscuro, recibo un sms de un conocido, fotógrafo aficionado, diciéndome que está fotografiando las nubes tan perfectas que había esta tarde.

Una vez en el tren, sentada, resistiendo la tentación de apoyar mi cabeza en el cristal para no dormirme, me aislo de las conversaciones ajenas gracias al mundo particular que puedes crear con un mp3. El paisaje desfila ante mí a la velocidad que decide el maquinista. De nuevo, el cielo. Tonos grises, azul, blanco, ámbar, plateado, dorado...las montañas cinceladas sobre ese cielo. Ahora verdes, marrones, grises, ocres...parece que me encuentro en La Tierra Media, y que el próximo pasajero será Gandalf.

Ya en casa, mientras escribo esto, el día acaba. Las últimas luces muestran un cielo rosado, con sombras púrpuras, un azul que clarea dónde se ha puesto el Sol, y que va del azul marino al dorado.
No me gusta describir el cielo, pienso que hay que verlo. Pero, ahora mismo es lo que veo desde la ventana, y ¿por qué no describirlo?

Y esto ha sido lo relevante de mi día. Lo relevante que quiero hacer público. He recibido "visitas" agradables, cuya esencia he permitido que sigan conmigo el resto del día, hasta que se han ido desvaneciendo, igual que la mágica luz del día hoy, regalo del cielo protector bajo el que estamos todos.

2 comentarios:

  1. Que bonita manera de llevarte lo bueno para casa. Pase lo que pase a lo largo del dia, por malo que haya sido, es realmente maravilloso poder compartir la paz de tu casa con un cielo maravilloso como ese.
    Me ha encantado esta entrada, y me encanta como escribes.

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  2. Jajajajaja, Cris jolín con halagos así, me acabaré inflando cómo un globo! Mira que mi vanidad y yo andamos en un tira y afloja...
    Gracias de verdad.

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